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domingo, 9 de septiembre de 2018

Buddah Records . La Explosión del Chicle Bomba



¿De donde surge la pandereta verde?

Una de las canciones que brillaron con luz propia en los universos del pop y la psicodelia en la última parte de los 60´s, lanzada en diciembre de 1967 y carta de presentación del grupo Lemon Pipers, la cual se convirtió en su único éxito comercialmente hablando, aunque el grupo lanzó dos álbumes, ésta canción será siempre su testamento musical.

Los Lemon Pipers, habían nacido para el mundo de la música en 1966  abrigados bajo la influencia de grupos que combinaban el folk rock con los nacientes sonidos experimentales que por aquel entonces aún no se etiquetaban como “psicodélicos”.
Ese bagaje musical posteriormente les permitiría darse a conocer como uno de los grupos que hermanó la psicodelia con el
bubblegum, en una afortunada coincidencia representada por "Green Tambourine", canción que se convirtió en emblemática para la casa disquera de Buddah Records, al ser el primer sencillo editado por el sello disquero, en llegar al número 1 en Febrero de 1968 en las listas del Billboard estadounidense y llegando hasta el 7 en los charts británicos.

Buddah Records vivió sus mejores años entre 1966 y 1975, y fue una verdadera locomotora para producir hits dentro del espacio de los llamados “sellos emergentes”, en una época en que la producción de discos en formatos de sencillos de 45 rpm era una apuesta segura. El sello surgió como un  derivado de Kama Sutra, una disquera que a mediados de los sesenta había sido la casa de muy buenas propuestas emergentes como la banda liderada por John Sebastian, The Lovin´Spoonful.

Buddah Records será recordada también por presentar un dúo de compositores – productores que le dieron al pop un baño de frescura a finales de los sesenta, los cuales fueron contratados por el titular del sello, el ejecutivo Art Kass, quien contrató a la pareja de Jerry Kasenetz y Jeff Katz, los cuales serían conocidos en el mundo del pop, gracias a su firma “Super K Productions”.

Súper K Productions fue la verdadera locomotora de Buddha, y el sonido del sello vendría directamente de su laboratorio musical. Esta casa productora de canciones sería sobre todo, un lugar donde el pop regresó a su principal audiencia : los adolescentes. A través de melodías pegajosas y simples, bailables y despreocupadas y arreglos musicales que trasmitían inocencia y un irresistible gancho comercial, Buddah Records se convirtió en la casa del movimiento conocido como Bubble Gum.

El primer sencillo en ser lanzado por el naciente sello disquero fue una tonada popular de principios del siglo XX: “YES, WE HAVE NO BANANAS” interpretado por el grupo Mulberry Fruit Band,  demostrando que el mercado adolescente volvería a salvar al Pop en una época donde el rock había llegado a un grado de madurez tal, que ya era visto de manera seria y artística, y se estaba bifurcando en nuevas direcciones, desde estados alterados de la mente, hasta la legítima aspiración por volverse académico, aunque para muchos, esto significaba una especie de muerte del género.

El Pop, entonces, volvió a sus premisas básicas de letras intrascendentes, fáciles y tremendamente recordables, aunque por lo mismo prescindibles. No obstante el ritmo y la generación de necesidades básicas como el baile y el alejarse del mundo adulto tan rápido como fuera posible, trajeron una especie de nuevos métodos subversivos, con sabor dulce, pasajero pero tremendamente adictivo, efímero como el sabor de un chicle y con la capacidad de crecer, y crecer hasta reventar para volver a generar otra ilusión. Perfecto! Había nacido el movimiento del Bubble Gum.

Chicle Bomba, pegajoso, dulce e inofensivo.
Los orígenes del Bubble Gum se deben rastrear desde el origen mismo del Pop. Toda generación adolescente precisó de tener héroes que cantaran lo que nadie en un sano juicio adulto se atrevería a interpretar. Se trataba de endulzar al oído con temas tan melosos como "Mr.Sandman" grabado en 1954 por las Chordettes, o "Red rubber ball" un éxito del cantante Bobby Vee, experto en adolescentes y en generar paisajes idílicos donde solo cuenta la fiesta continua, la inocencia del primer amor y la despreocupación absoluta.

Este "segundo aire" del pop juvenil vendría de la mano con el grupo The Monkees, proyecto también de laboratorio, con la consigna de regresar a las arcas estadounidenses todas las divisas que The Beatles y demás acompañantes ingleses se habían empeñado en llevarse a las islas Británicas desde 1964.
¿Cómo volver a vender "toneladas de pasta"? Simple.
Regresando al mercado de los "nuevos adolescentes" . Y entonces The Monkees cantarían "The Last Train to Clarksville" o "El Tema de los Monkees" o "Daydream Believer" y todo empezaría a retomar su cause.

Es en éste contexto que surge la propuesta de Buddah Records, cuya arma secreta en la producción musical fueron las habilidades del tándem llamado “Super K Productions”, los cuales desarrollaron un lenguaje propio con grupos hechos “a medida” como Ohio Express, un experimento sonoro y de laboratorio tan sui géneris que encarnó muchos grupos y proyectos, con sus respectivas alineaciones utilizando el mismo nombre. De hecho el mismísimo Graham Gouldman, compositor y productor británico, creador de la inmortal "For Your Love" de los Yardbirds, así como de canciones tan pegajosas como "Bus Stop" de los Hollies y "No Milk Today" de los Hermitaños de Hermann, también fue reclutado por Super K Productions para que les surtiera de canciones, e incluso llegó a grabar como cantante principal su propio tema "Sausalito" que fue lanzado también bajo el nombre de Ohio Express.
Su principal éxito de los Ohio lo alcanzaron con "Yummy Yummy" la cual llegó hasta el número 4 a mediados de 1968. Su otro hit aunque con participación mas discreta en las listas de popularidad fue "Chewy Chewy" lanzado en octubre de ese mismo 1968. Como se puede apreciar en los títulos de las canciones no hacía falta decribir una formula atómica para lograr vender canciones a los adolescentes.
Los Ohio Express también fue un grupo "virtual" como unos años después serían "Los Archies", quienes en 1969 lograron el triunfo mas alto para un proyecto del laboratorio  Bubble Gum, al convertir a la canción Sugar Sugar en la más escuchada y popular durante 1969.

La premisa del sonido era que de fácil digestión para el oído, plagado de ganchos comerciales para hacerlo recordable, una poderosa sección rítmica y -aunque musicalmente básico-, podía incorporar elementos ricos en texturas sonoras y con un agradable toque “vanguardista”, como el uso de guitarras con pedales fuzz y teclados con buena reverberación, además de los rigurosos arreglos vocales.  Canciones sumamente breves, sin más
pretensión que “dejar de lado la cara angustiante de la guerra y la violencia” como el mismo director de la casa disquera Neil Bogart, había escrito en las notas de contraportada del álbum 1,2,3 Red Light del grupo 1910 Fruitgum Company.

Esa declaración de principios mostraba de manera clara, cruda y simple el porqué del movimiento musical. Los tempranos adolescentes no necesitaban saber de los sinsabores y las sinrazones de Vietnam, del Mayo Francés, de la Primavera de Praga, del 2 de octubre mexicano. En un mundo que luchaba por exorcizar fantasmas tan profundamente humanos como el autoritarismo y el militarismo que representaban tan bien las tinieblas del no saber, no sentir, no pensar; el Rock se había convertido en un poderoso vehículo para gritar consignas, unir criterios generacionales y cargar de energía rabiosa a contingentes enteros de jóvenes, necesarios para empujar al pesado edificio del Statu Quo y derribarlo.

Pero tal vez, si se lograba romper la cadena generacional ideológica, creando una brecha de intereses reflejados en canciones y actitudes inocentes e inofensivas, la carga explosiva podría debilitarse hasta tal punto de que el recambio generacional ya no representara la continuidad de la lucha, en los siguientes 7 años. 

El Rock siguió derivándose en otros monstruos con sus respectivas cabezas, se hizo gigante, pesado, virtuoso y muchas veces pretencioso y grandilocuente. Pero cada vez menos sería el vehículo  del descontento social y político. Y entonces fue asimilado por el sistema que pretendía criticar y combatir. Hasta que llegó el Punk, 8 años después.

Regresando a la carretera Chicle Bomba, es sin duda aquel año decisivo de 1968 cuando explotó con todo su azucarado sabor, salpicando de rosa pegajoso a pre púberes y adolescentes. Si revisamos las listas de popularidad, Buddha Records vivió años de gloria comercial desde aquel año y hasta 1971, aunque la fiebre del sonido chicloso había empezado a disminuir desde 1969. Fue entonces que la casa disquera asimiló a otros artistas y produjo incluso, milagrosas resurrecciones como en el caso de Paul Anka, un auténtico “Notorious Has Been” de aquel entonces, el cual grabó el tema "Jubilation" como su primer sencillo para Buddah, inaugurando así su "segundo aire" en los años 70.


Otros Sabores del Chicle

Además del citado grupo prefabricado Ohio Express encontramos al también producto de las finas habilidades en la consola de Katz y Kasenetz representado por 1910 Fruitgum Co. , y un curioso montaje adicional, realizado por ambos productores con sus músicos de Buddah bajo el nombre de “Kasenetz-Katz Singing Orchestral Circus” que editó un par de canciones solamente para convertirse en un objeto de culto de 1968.

Completaban el cuadro del Chicle Bomba, grupos como “Music Explosion”, que habían logrado notoriedad con el tema “A Little bit of Soul” en 1967, y el grupo californiano “Crazy Elephant” que tendrían su momento de gloria en 1969 con el tema “Gimme some Lovin”, aunque editados por el sello Bell Records.
Super K Productions también hizo suyo a la nueva versión del grupo "The Shadows of Knight" célebres por haber realizado el cover a Gloria de los Them con mucho mayor éxito en los Estados Unidos que la versión original. Despojados de su sonido salvaje, oscuro y garagero, el grupo cuyo único miembro original para 1968 era Jim Sohns fue absorbido por el equipo Kasenetz y Katz y bajo su tutela se lanzó para 1969 el tercer álbum de la banda titulado simplemente "Shadows of Knight" en donde se trató de conjuntar dos estilos prácticamente irreconciliables como el salvaje garage y el inocente y colorido bubble gum, resultando en una tensa relación y un producto que no llegó a consolidarse en el mercado.

Budha Records se convirtió en una casa que se especializaba en sencillos y los discos eran complemento del tema “vendedor”, lo que ocasionó que muchos LP´s recurrieran al formato de presentar dos éxitos y diez canciones de relleno.
Obviamente al concentrarse en los Adolescentes, el formato preferido fue  45 RPM, accesible, portátil y barato.

No obstante esta estrategia comercial, Buddha también editó uno de los álbumes más vanguardistas de los 60´s y un verdadero inclasificable, alejado del pop inocente a 360 grados de distancia. El disco “Safe as a Milk” de Captain Beefheart and His Magic Band, era la antítesis de la especialidad de la casa.
Comercialmente no fue a ninguna parte, pero representó el primer escalón hacia la celebridad underground que logró posteriormente el Capitán, gracias también, al tutelaje de Zappa. Como paradoja adicional, éste disco representativo del más oscuro underground sesentero, fue el primer álbum LP en ser editado por Buddah.

La bomba revienta

Después de que el chicle explotó, no hubo mucho más. La estela de despreocupación en las canciones adolescentes chocaba con la crudeza de ciertas letras y opciones musicales en 1969. El arribo del jazz rock , el hard, progresivo y country rock también
habían hecho difícil que la propuesta inicial de Buddah se mantuviera sin cambios por largo tiempo. El cantante Lou Christie le dio al sello un sonado número 2 en las listas inglesas con la canción "Im Gonna Make You Mine" .

Con el arribo de los años 70, se empezaron a considerar otros géneros como  el Soul, el R&B y el folk digamos, menos izquierdoso, representado muy bien por la cantautora Melanie, quien con canciones como Brand New Key editada en 1971, volvía a colocar un sencillo multi vendedor para la disquera. Otros nuevos lanzamientos setenteros para Buddha fueron el grupo Glady´s Night and the Pips, los cuales eran ya viejos lobos de mar en las aguas del R&B, pero con su entrada al catálogo de Buddah, lograron encender de nuevo los motores de la popularidad con dos grandes creaciones de 1973 : "Best Thing That Ever Happened to Me" y la mega radiada “Midnight Train to Georgia” Otro éxito de aquel año 73 para el sello fue la canción “Brother Louie” único éxito del ensamble vocal Stories.
La cantante Folk Melanie, dio al sello Buddah su mayor hit en 1971 con "Brad New Key"

Los mejores años sin embargo habían quedado atrás pues apenas hubo casos aislados de sonados hits para el sello, después de 1974, sin embargo, canciones como “More More More” de la cantante-pornstar Andrea True y "This Is It" de la vocalista negra Melba Moore, le permitieron sobrevivir hasta 1983, cuando fue vendida a su subsidiaria Essex Records.
Andrea True, de Pornstar a estrella Disco. Uno de los últimos éxitos del Buddah

Terminaba una época del Pop, y se abría otra donde reinarían Michael Jackson y Madonna durante los siguientes 15 años.

Tal vez el sello Buddah Records armado  con canciones mayormente optimistas, alejadas de los abismos provocados por la decepción en los tiempos difíciles de la Guerra de Vietnam o las pequeñas tragedias humanas de todos los días, cumplió su cometido en aquellos años. Distracción y Lucro.

El Pop sencillo e inocente fue creado ex profeso para lograr llevar al oyente hasta un estado de felicidad efímera pero sumamente disfrutable. Para esos años donde el sol brillaba y podía teñirse con el multicolor de un chicle bomba haciendo explosión en una tarde de verano, no hubo mejor compañía que las canciones de Buddah Records.