El Personaje
Tenía razón Brackeen en ese comentario. Tal vez tantas vidas, lejos de representar una existencia temeraria, siempre al filo del peligro, representen los numerosos cruces de camino (crossroads al fin y al cabo) que la vida de Blakey tuvo con la de prácticamente todas las leyendas del ritmo sincopado.
Art fué un revolucionario de la percusión, tal vez el primer baterista que lejos del mero papel de acompañamiento fue un mentor para sus músicos, un creyente de la "sangre joven" y un rector musical al frente de sus legendarios "Jazz Messengers".
En el curso de sus 71 años, a Blakey tal vez lo único que le faltó hacer, fue disfrutar mas y mejor su adolescencia, la cual fue abruptamente cortada por su prematuro matrimonio, a los 14 años y su no menos prematura paternidad a los 15.
Para sostener a la familia Blakey trabajaba como obrero en una fundición de acero y como minero en un yacimiento de carbón. Rodeado por la industrialización y el eterno golpeo del acero , Blakey empezó a combinar su gusto por el piano, primer instrumento que aprendió a tocar de manera casi empírica en la Iglesia lugar de formación musical por excelencia de la comunidad negra.
Los inicios
Art tocaba el piano, el cual fungió como tabla de salvación al recibir propinas por su actuación cada noche en un club local, pero un buen día, un pianista en toda la extensión de la palabra también nacido en Pittsburgh y de nombre Eroll Garner (inmortal del Jazz) le conminó a dejar las negras y blancas por un asiento detrás de los tambores.
Así, Blakey pronto descubrió su innata capacidad rítmica, y los patrones de golpeo que ya estaban registrados en su subconsciente, fruto de su estancia en la fundición de acero, pronto salieron a la luz mediante un estilo propio.
Empezaba su andar en el Jazz, mismo que no se detendría hasta su muerte, casi seis décadas después. Roló con diversos músicos siendo la Big Band de la pianista Mary Lou Williams su primera escuela importante, tal vez nunca olvidó el hecho de que una mujer pianista halla fungido como su mentora al inicio de su carrera y quizo devolverle la cortesía a la vida siendo mentor muchos años después de Joanne Brackeen.
Entró en contacto con el círculo del BeBop a través del cantante Billy Eckstine quien por entonces tenía una de las bandas mas "avant garde" de la escena. Esta agrupación musical fungió como un verdadero puente entre las eras del Swing y la del Bop, y ahí conoció a la crema y nata del nuevo credo, que llevaría al Jazz a estatus de música abstracta: Miles, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y un largo etcétera, que a la postre seguirían requiriendo los servicios de Blakey.
Thelonious Monk, frente al piano NY 1947 |
Fue Monk, el que primero lo llamó cuando inició una serie de grabaciones en 1947 para el mítico sello Blue Note, disquera que se convertiría en la casa de Blakey durante mas de una década, y que vio nacer a su mítica banda: Los Mensajeros del Jazz.
El origen de los Mensajeros
Este nombre, según el crítico de Jazz Ira Gitler, se le habría ocurrido a Horace Silver, pianista definitivo del Hard Bop y otro músico de cabecera de Blue Note. Al ser requerido por la casa disquera para una nueva grabación, Horace Silver conjuntó a un quinteto que incluía a Art Blakey en la batería, Kenny Dorham en la trompeta, Hank Mobley en el sax tenor, Doug Watkins en el bajo y él mismo al piano. El nombre del disco fue "Horace Silver and the Jazz Messensgers" editado en 1955.
Con esta misma formación, se grabó el legendario disco "The Jazz Messengers at The Cafe Bohemia" editado también en 1955, uno de los primeros discos "En Vivo" en la historia de la música, no solamente del Jazz.
Luego el quinteto se disolvió pero el nombre no.
Silver lo heredó a Blakey para que éste lo convirtiera en una auténtica "Universidad del Jazz".
África
Sin embargo, otro episodio (u otra vida , se podría decir) tuvo lugar para Blakey un poco antes, al finalizar la década de los cuarenta.
Art quedó viudo también prematuramente y buscando sanar la pérdida , emprendió un viaje a África
Uno de esos viajes llamados "de iniciación" en donde surgen nuevos horizontes, nuevas habilidades y muchas veces, nuevas identidades. Cuando retornan del viaje, los iniciados muchas veces son otros.
Y así le sucedió al baterista.
Vaya, regresó de África hasta con otro nombre.
En tierras ancestrales adoptó la religión Islámica y su nuevo nombre sería : Abdullah Ibn Buhaina.
Pero además del nombre, y la religión, Blakey regresó a Estados Unidos con un prominente equipaje cargado de la polirritmia africana, misma que desde entonces fue su credo y su marca de fábrica en el sonido de su batería. Mas que batería, Art tocaba los tambores, en el sentido del llamado a la madre tierra, en el más preciso y precioso sentido de la comunicación con el origen, con el latido del corazón primigenio, con la eterna percusión de la vida.
Art, siempre afable y generoso por naturaleza, ahora regresaba convertido en un verdadero iniciado del ritmo, y además un hombre sabio, ansioso por trabajar siempre con la sangre joven.
El Rector
Blakey , con sus pupilos Wayne Shorter y Jymie Merritt |
Y así lo hizo siempre. Sus formaciones diversas de los Jazz Messengers incluyeron a músicos incipientes, a verdaderos talentos que había que pulir, cobijar, y posteriormente entregarlos al mundo sincopado graduados con mención honorifica.
Por su Universidad desfilaron gente como Lee Morgan, Wayne Shorter, Freddie Hubbard, Bobby Timmons, Curtis Fuller, Keith Jarret, Chick Corea, Chuck Mangione, Jackie McLean, Victor Sproles, Wynton y Branford Marsalis y muchos otros que a la postre se convertirían en líderes de sus propias bandas y sobre todo, generadores de nuevos lenguajes en el Jazz.
Blakey siempre aparecía sonriente, detrás de su batería, extasiado con el sonido de sus mensajeros, como un maestro satisfecho con su labor magisterial. Siempre proyectando seguridad en sus pupilos, siempre dirigiendo con sus baquetas y proveyendo el sustrato del mensaje... el incontenible e inacabable ritmo que siempre nos remonta a la madre tierra... a África.
Moanin... 1958
Uno de sus momentos cumbres en su carrera musical ocurrió en 1958. En ese año , Blakey presentaba una de sus alineaciones más celebradas de sus Jazz Messengers:
Un trompetista casi adolescente de nombre Lee Morgan, todo un niño prodigio en su instrumento, el saxofonista tenor Benny Golson, un hombre ya versado y curtido en las exigencias de la síncopa, que extrañamente era un tanto maduro para los márgenes de edad manejados por Blakey. Benny Golson actuaba como director musical de esa versión de los Mensajeros. El piano lo ocupaba Bobby Timmons de escasos 23 años, solvente compositor y estilista de Soul-Jazz y en contrabajo actuaba un preciso y también experimentado Jymie Merritt.
Los Jazz Messengers con la alineación que grabó Moanin, de abajo hacia arriba: Blakey, Golson, Timmons, Morgan y Merritt |
El trabajo discográfico y su homónimo track inicial, marcaron uno de los momentos definitivos en la historia del Jazz como género y del Hard Bop como lenguaje propio, además de manifestar una declaración de principios que tejía el Jazz sobre la realidad social de la comunidad Afro Americana en los Estados Unidos de la segunda mitad de los cincuenta.
Moanin, nace en este período histórico, está marcado por el inicio de los movimientos civiles por los derechos de los negros en los Estados Unidos, donde muchos estados sobre todo del sur, promovían una deleznable moral racista, ultra conservadora y con franca añoranza por los ya abolidos tiempos de la esclavitud.
Bobby Timmons y su look "existencialista" a finales de los 50 |
Bobby Timmons, el pianista de los Mensajeros, le dio al mundo uno de esos momentos de gozo y reafirmación de la identidad Afro Americana.
Convencido del discurso SOUL, es decir, del verdadero sentido del "ALMA" de los negros, Timmons tejió este tema pensando en los cantos "llamada-respuesta" del África ancestral. Así inicia Moanin, para dar paso a los solos de Morgan, Golson y el propio Timmons respectivamente.
Moanin, que traducido sería algo así como "renegando, o quejándose" fue una expresión bastante estilizada de la desesperación de la comunidad negra de aquellos años cincuenta. Pero lejos de ser un tema sombrío, meditabundo o de plano depresivo, Moanin brilla como un un diamante en bruto, trasmite el orgullo de ser negro, la convicción de mejores tiempos por venir , la sabiduría acumulada por siglos de sufrimiento pero también la misteriosa belleza de una cultura milenaria.
Este tema, convertido en un verdadero "Standard" , contenido dentro de una estructura de Blues, fue la carta de presentación de un disco ya clásico dentro del mundo sincopado. La portada de éste disco precisamente muestra sólo el rostro de un Art Blakey de por entonces 39 años, un rostro pensativo, con algo de tristeza en la mirada , pero elegantemente vestido de etiqueta. Un rostro profundamente negro, ya marcado por África y por la pérdida. Un rostro que también reflejaba sabiduría, quietud y equilibrio.
Como toda la música que contiene este magistral trabajo.
Ese rostro que tal vez sin saberlo y sin quererlo del todo, también fue una declaración de principios de un movimiento que tuvo su epicentro en los discursos de Malcom X y por supuesto en el famoso " Tuve un sueño" de Martin Luther King.
La mítica portada de Moanin |
Este disco y el tema que le da nombre prefiguró la llamada música Soul, que unos años mas tarde enriquecería al sonido del pop , del rock y del mismo jazz.
El mensaje sigue siendo descifrado y sobre todo, disfrutado, hasta nuestros días.
Ahora les dejo la interpretación en vivo de Moanin, desde Bélgica , año 1958 con la alineación original de los Messengers que la grabara:
Y que les parece esta versión mucho mas actual, grabada en 1985, también con la crema y nata del "Sonido Blue Note" : Art Blakey en la batería, Freddie Hubbard en la trompeta, Johnny Griffin en el sax tenor, Curtis Fuller en el trombón, Walter Davis en el piano y Reggie Workman en el bajo. Disfrutenla!!!