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jueves, 22 de noviembre de 2012

Moanin... El muro sonoro de las lamentaciones



El Personaje


Art Blakey
es uno de esos personajes entrañables no solamente para un género musical (en este caso el jazz) sino para la vida misma. A su muerte, ocurrida el 16 de octubre de 1990 dijo de él Joanne Brackeen , pianista y única mujer en participar con los Jazz Messengers:  "Blakey ha vivido como un gato... ha tenido mas de seis vidas ya que hizo tantas cosas que es imposible que quepan en una sola ..."


Tenía razón Brackeen en ese comentario. Tal vez tantas vidas, lejos de representar una existencia temeraria, siempre al filo del peligro, representen los numerosos cruces de camino (crossroads al fin y al cabo) que la vida de Blakey tuvo con la de prácticamente todas las leyendas del ritmo sincopado.

Art fué un revolucionario de la percusión, tal vez el primer baterista que lejos del mero papel de acompañamiento fue un mentor para sus músicos, un creyente de la "sangre joven" y un rector musical al frente de sus legendarios "Jazz Messengers".

En el curso de sus 71 años, a Blakey tal vez lo único que le faltó hacer, fue disfrutar mas y mejor su adolescencia, la cual fue abruptamente cortada por su prematuro matrimonio, a los 14 años y su no menos prematura paternidad a los 15. 

Para sostener a la familia Blakey trabajaba como obrero en una fundición de acero y como minero en un yacimiento de carbón. Rodeado por la industrialización y el eterno golpeo del acero , Blakey empezó a combinar su gusto por el piano, primer instrumento que aprendió a tocar de manera casi empírica en la Iglesia lugar de formación musical por excelencia de la comunidad negra. 

Los inicios


Art tocaba el piano, el cual fungió como tabla de salvación al recibir propinas por su actuación cada noche en un club local, pero un buen día, un pianista en toda la extensión de la palabra también nacido en Pittsburgh y de nombre Eroll Garner (inmortal del Jazz) le conminó a dejar las negras y blancas por un asiento detrás de los tambores. 
Así, Blakey pronto descubrió su innata capacidad rítmica, y  los patrones de golpeo que ya estaban registrados en su subconsciente, fruto de su estancia en la fundición de acero, pronto salieron a la luz mediante un estilo propio.

Empezaba su andar en el Jazz, mismo que no se detendría hasta su muerte, casi seis décadas después. Roló con diversos músicos siendo la Big Band de la pianista Mary Lou Williams su primera escuela importante, tal vez nunca olvidó el hecho de que una mujer pianista halla fungido como su mentora al inicio de su carrera y quizo devolverle la cortesía a la vida siendo mentor muchos años después de Joanne Brackeen.

Entró en contacto con el círculo del BeBop a través del cantante Billy Eckstine quien por entonces tenía una de las bandas mas "avant garde" de la escena. Esta agrupación musical fungió como un verdadero puente entre las eras del Swing y la del Bop, y ahí conoció a la crema y nata del nuevo credo, que llevaría al Jazz a estatus de música abstracta: Miles, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y un largo etcétera, que a la postre seguirían requiriendo los servicios de Blakey.

Thelonious Monk, frente al piano NY 1947


Fue Monk, el que primero lo llamó cuando inició una serie de grabaciones en 1947 para el mítico sello Blue Note, disquera que se convertiría en la casa de Blakey durante mas de una década, y que vio nacer a su mítica banda: Los Mensajeros del Jazz.

El origen de los Mensajeros


Este nombre, según el crítico de Jazz Ira Gitler, se le habría ocurrido a Horace Silver, pianista definitivo del Hard Bop y otro músico de cabecera de Blue Note.  Al ser requerido por la casa disquera para una nueva grabación, Horace Silver conjuntó a un quinteto que incluía a Art Blakey en la batería, Kenny Dorham en la trompeta, Hank Mobley en el sax tenor, Doug Watkins en el bajo y él mismo al piano. El nombre del disco fue "Horace Silver and the Jazz Messensgers" editado en 1955. 



Con esta misma formación, se grabó el legendario disco "The Jazz Messengers at The Cafe Bohemia" editado también en 1955, uno de los primeros discos "En Vivo" en la historia de la música, no solamente del Jazz.



Luego el quinteto se disolvió pero el nombre no. 
Silver lo heredó a Blakey para que éste lo convirtiera en una auténtica "Universidad del Jazz".


África


Sin embargo, otro episodio (u otra vida , se podría decir) tuvo lugar para Blakey un poco antes, al finalizar la década de los cuarenta. 
Art quedó viudo también prematuramente y buscando sanar la pérdida , emprendió un viaje a África  

Uno de esos viajes llamados "de iniciación" en donde surgen nuevos horizontes, nuevas habilidades y muchas veces, nuevas identidades. Cuando retornan del viaje, los iniciados muchas veces son otros. 
Y así le sucedió al baterista.

Vaya, regresó de África hasta con otro nombre.

En tierras ancestrales adoptó la religión Islámica y su nuevo nombre sería : Abdullah Ibn Buhaina. 
Pero además del nombre, y la religión, Blakey regresó a Estados Unidos con un prominente equipaje cargado de la polirritmia africana, misma que desde entonces fue su credo y su marca de fábrica en el sonido de su batería. Mas que batería, Art tocaba los tambores, en el sentido del llamado a la madre tierra, en el más preciso y precioso sentido de la comunicación con el origen, con el latido del corazón primigenio, con la eterna percusión de la vida.

Art, siempre afable y generoso por naturaleza, ahora regresaba convertido en un verdadero iniciado del ritmo, y además un hombre sabio, ansioso por trabajar siempre con la sangre joven.

El Rector

Blakey , con sus pupilos Wayne Shorter y Jymie Merritt

Y así lo hizo siempre. Sus formaciones diversas de los Jazz Messengers incluyeron a músicos incipientes, a verdaderos talentos que había que pulir, cobijar, y posteriormente entregarlos al mundo sincopado graduados con mención honorifica.
Por su Universidad desfilaron gente como Lee Morgan, Wayne Shorter, Freddie Hubbard, Bobby Timmons, Curtis Fuller, Keith Jarret, Chick Corea, Chuck Mangione, Jackie McLean, Victor Sproles, Wynton y Branford Marsalis y muchos otros que a la postre se convertirían en líderes de sus propias bandas y sobre todo, generadores de nuevos lenguajes en el Jazz. 

Blakey siempre aparecía sonriente, detrás de su batería, extasiado con el sonido de sus mensajeros, como un maestro satisfecho con su labor magisterial. Siempre proyectando seguridad en sus pupilos, siempre dirigiendo con sus baquetas y proveyendo el sustrato del mensaje... el incontenible e inacabable ritmo que siempre nos remonta a la madre tierra... a África.

Moanin... 1958


Uno de sus momentos cumbres en su carrera musical ocurrió en 1958. En ese año , Blakey presentaba una de sus alineaciones más celebradas de sus Jazz Messengers:
Un trompetista casi adolescente de nombre Lee Morgan, todo un niño prodigio en su instrumento, el saxofonista tenor Benny Golson, un hombre ya versado y curtido en las exigencias de la síncopa, que extrañamente era un tanto maduro para los márgenes de edad manejados por Blakey. Benny Golson actuaba como director musical de esa versión de los Mensajeros. El piano lo ocupaba Bobby Timmons de escasos  23 años, solvente compositor y estilista de Soul-Jazz  y en contrabajo actuaba un preciso y  también experimentado Jymie Merritt. 
Los Jazz Messengers con la alineación que grabó Moanin, de  abajo hacia arriba: Blakey, Golson, Timmons, Morgan y Merritt

El trabajo discográfico y su homónimo track inicial, marcaron uno de los momentos definitivos en la historia del Jazz como género y del Hard Bop como lenguaje propio, además de manifestar una declaración de principios que tejía el Jazz sobre la realidad social de la comunidad Afro Americana en los Estados Unidos de la segunda mitad de los cincuenta. 

Moanin, nace en este período histórico, está marcado por el inicio de los movimientos civiles por los derechos de los negros en los Estados Unidos, donde muchos estados sobre todo del sur, promovían una deleznable moral racista, ultra conservadora y con franca añoranza por los ya abolidos tiempos de la esclavitud. 

Bobby Timmons y su look "existencialista" a finales de los 50
Bobby Timmons, el pianista de los Mensajeros, le dio al mundo uno de esos momentos de gozo y reafirmación de la identidad Afro Americana. 
Convencido del discurso SOUL, es decir, del verdadero sentido del "ALMA" de los negros,  Timmons tejió este tema pensando en los cantos "llamada-respuesta" del África ancestral. Así inicia Moanin, para dar paso a los solos de Morgan, Golson y el propio Timmons respectivamente. 



Moanin, que traducido sería algo así como "renegando, o quejándose" fue una expresión bastante estilizada de la desesperación de la comunidad negra de aquellos años cincuenta. Pero lejos de ser un tema sombrío, meditabundo o de plano depresivo, Moanin brilla como un un diamante en bruto, trasmite el orgullo de ser negro, la convicción de mejores tiempos por venir , la sabiduría acumulada por siglos de sufrimiento pero también la misteriosa belleza de una cultura milenaria.

Este tema, convertido en un verdadero "Standard" , contenido dentro de una estructura de Blues, fue la carta de presentación de un disco ya clásico dentro del mundo sincopado. La portada de éste disco precisamente muestra sólo el rostro de un Art Blakey de por entonces 39 años, un rostro pensativo, con algo de tristeza en la mirada , pero elegantemente vestido de etiqueta. Un rostro profundamente negro, ya marcado por África y por la pérdida. Un rostro que también reflejaba sabiduría, quietud y equilibrio. 
Como toda la música que contiene este magistral trabajo.

Ese rostro que tal vez sin saberlo y sin quererlo del todo, también  fue una declaración de principios de un movimiento que tuvo su epicentro en los discursos de Malcom X y por supuesto en el famoso " Tuve un sueño" de Martin Luther King.  


La mítica portada de Moanin


Este disco y el tema que le da nombre  prefiguró la llamada música Soul,  que unos años mas tarde enriquecería al sonido del pop , del rock y del mismo jazz. 

El mensaje sigue siendo descifrado y sobre todo, disfrutado, hasta nuestros días. 


Ahora les dejo la interpretación en vivo de Moanin, desde Bélgica , año 1958 con la alineación original de los Messengers que la grabara:


Y que les parece esta versión mucho mas actual, grabada en 1985, también con la crema y nata del "Sonido Blue Note" : Art Blakey en la batería, Freddie Hubbard en la trompeta, Johnny Griffin en el sax tenor, Curtis Fuller en el trombón, Walter Davis en el piano y Reggie Workman en el bajo. Disfrutenla!!!


viernes, 9 de noviembre de 2012

Klaus Voorman, el eterno Side Man

Klaus Voorman parecía distante, ensimismado en su bajo, altivo y muy serio. Cuando George Harrison lo presentó ante el auditorio que colmaba el Madison Square Garden, aquella noche del 1 de agosto de 1971 en medio del mítico concierto para Bangladesh, Voorman ni siquiera miró directamente al público, vaya, ni siquiera esbozó una sonrisa... Voorman se limitó a cumplir, lo hacía - que duda cabe - por la amistad que le unía a Harrison y a los demás miembros del cuarteto desde sus años en Hamburgo, en donde lo conocieron.
Klaus Voorman mirando a Harrison, en el concierto para Bangladesh

Se sabe que las tensiones por sacar adelante el concierto fueron bastantes, que el tiempo para organizar todo apenas fue de 5 semanas y que  ensayos prácticamente no hubo.  Nada de eso pareció afectar el resultado final, se escuchó una banda compacta y los temas fueron bien trabajados.
Y Voorman una vez mas, a pesar de no sonreír, fue un compañero confiable.

Esa capacidad para responder de manera solvente en momentos de presión, y sobre todo su personalidad cerebral, fría, calculadora pero discreta y sobre todo con su inclinación  hacia las artes visuales fué lo que permitió ganarse un lugar de respeto e inclusive admiración entre la banda mas importante en la historia del rock.


Un artista en ciernes.



Originario de Berlín, Alemania, donde nació un 29 de abril de 1938, en pleno apogeo Nazi, Klaus Voorman se sintió atraído por las artes desde temprana edad, siendo un niño que estudió piano clásico a partir de los 8 años y hasta que tenía 15. En Berlín  inicia sus estudios en arte comercial en la impronunciable escuela "Meisterschule für Grafik und Buchgewerbey después en Hamburgo en otra impronunciable: "Meisterschule of Gestaltung". 



Autoretrato fotográfico , Klaus Voorman en Hamburgo, 1959



Así inicia su trayectoria como diseñador comercial y en sus ratos libres también empieza a diseñar portadas para artistas de Jazz, dado que (como ocurría con muchos jóvenes alemanes de la post guerra) el único contacto con la música para Voorman había sido por la ruta de la llamada música culta, y alternativamente del jazz.



Primeros diseños de portadas , el mundo del Jazz lo envolvía.





Sorprendentemente, una coincidencia hizo -como siempre ocurre - que cambiara su vida por completo.




Estando en su habitación del distrito de San Pauli, en Hamburgo, Klauss de repente escuchó una música que por novedosa, ruidosa pero sobre todo terriblemente sudorosa y ruda lo impulsó a buscar el origen de la misma. 




Era el club Kaiserkeller, vecino de su domicilio, en donde esa noche tocaba una banda de nombre Los Huracanes, cuyo cantante era Rory Storm y el baterista un tal Ringo Starr. Los chavos venían de Liverpool una ciudad portuaria que salía de las cenizas de los bombardeos alemanes, al igual que Hamburgo salía de las cenizas de los bomnardeos aliados. Liverpool estaba exportando música, Hamburgo se había convertido en un lugar idóneo para el ritmo que explotaba por aquellos años. Lugar peligroso,. violento y con franca vocación provocadora. Por eso, no era de extrañar que el segundo grupo en actuar esa noche se encontrara en su "estado natural" en aquel sórdido lugar ya que encarnaban a la perfección los adjetivos de la ciudad. Eran Los Beatles, los que consiguieron que Voorman se quedara prácticamente hasta el amancer, inmerso en la música pero sobre todo inmerso en la actitud que esos provocadores profesionales desparramaban sobre el escenario.



Litografía de Voorman, los Beatles en el escenario del Kaiserkeller, Hamburgo 1960



Después vino el acercamiento, unas semanas mas adelante Voorman había persuadido a su por entonces novia Astrid Kirchherr y a su amigo Jurgen Vollmer a ser testigos de su descubrimiento musical. Los tres se convirtieron en asiduos del club pero fue Voorman el primero en acercarse al líder del grupo John Lennon para entablar conversación. El pretexto: mostrarle un diseño de una portada de álbum en la que estaba trabajando. Lennon se identificó de inmediato con el novel artista gráfico pero le comentó que entre ellos también había un diseñador, así que le dijo que esa portada de disco sería interesante que la viera Stuart Suttcliffe. De esa manera, Stu consiguió acercarse a Astrid, la chava alemana que lo traía loco. 




Y así empezó la historia breve y trágica pero enormemente abrasadora del amor entre el malogrado Beatle primigenio Sutcliffe y la artista y diseñadora Astrid, quien a la postre diseñaría la imágen Beatle, la imágen que unos cuantos años mas tarde fuera la imágen de la juventud mundial. Astrid fué la responsable de cortar el cabello " a la Beatle" para lograr un peinado más cosmopolita , chic y sofisticado, alejandolos de los copetes a la James Dean o a la Elvis, que por entonces usaban orgullosos sobre sus rebeldes cabezas.



Voorman fué un testigo de primera mano de aquellos años de aprendizaje para los cuatro de Liverpool, (incluyendo a  Pete Best) donde se foguearon con los públicos mas difíciles y rudos, donde aprendieron el arte del Charming sobre el escenario que después les daría tan buenos dividendos y donde sufrieron todo lo que un músico en ciernes debe de sufrir para acceder a la gloria del estrellato total. n 
Voorman recogió en una especie de diario gráfico algunos de esos momentos en la intimidad del grupo, retrató su desesperación, su alegría casi adolescente, su inocencia truncada y su pasión por hacer eso para lo cual eran contratados (y explotados) cada noche en ese epicentro del caos que por entonces eran los clubes de Hamburgo: El Indra, El Top Ten, El Kaiserkeller...



Es sorprendente el realismo mágico de las ilustraciones de Voorman, casi con precisión fotográfica pero con un toque artístico imposible de lograr con la cámara, sus "dibujos de Hamburgo" son , dentro del Rock, uno de los momentos más sublimes en el que se encuentran las artes gráficas y la música. El retrato del nacimiento de la leyenda.
La habitación de los Beatles, en el sótano del cine Bambi, Litografía de Klaus Voorman.

Litografía de Voorman, la calle del KaiserKeller



Los Beatles regresaron a Liverpool, se convirtieron en lo que hasta hoy son, conquistaron América e impulsaron el Rock Inglés como nadie lo había hecho. A la distancia Klaus observaba, inmerso en sus colores, en sus litografías, en su arte. Sorpresivamente Harrison lo invitó a compartir el por entonces todavía modesto departamento donde vivía junto con Ringo, en Londres. Obvio, (¿quien no lo haría?)Voorman aceptó y se mudó a la capital inglesa. No tardó en trabajar para algunas agencias de publicidad pero el virus del Rock lo había infestado por completo y decidió utilizar sus otras grandes dotes artísticas: empezó a hacer música.



Sonidos propios



En esos años (1964 - 1965) formó el que sería su primer grupo musical, denominado 

Paddy, Klaus and Gibson, obvio un trío donde él tocaba el bajo. Un amigo lo telefoneó desde Hamburgo para invitarlo a formar parte del proyecto, Klaus no lo pensó dos veces y regresó a Alemania. También ahí recibió su instrucción musical y también buscarían nuevos horizontes en Londres, donde fueron contratados para tocar en el club Pickwick, el cual era frecuentado entre otras celebridades por Brian Epstein, quien se convirtió en su Manager. El destino volvía a ponerlo dentro del círculo Beatle.


Este trío, un tanto atípico en un época en que cuartetos y quintetos eran el formato musical más socorrido interpretó buen pop melódico, coqueteó con el pop barroco y destiló mucho sabor del Mersey Beat. Se dice que Paul McCartney les produjo uno de sus sencillos llamado "Teresa" , fueron a dar a la disquera Pye Records pero su vida musical fue efímera y naufragaron a principios de 1966.



Cartel de 1965, el trío Paddy, Klaus and Gibson


Tiempo de Revolver



El momento en que saltó definitivamente a la celebridad le vino unos meses mas tarde. 

En ese mismo intenso 1966, Lennon le pidió ayuda para el diseño del nuevo álbum de los Beatles, el cual apenas se estaba preparando en maquetas. Voorman que no había diseñado nada por encontrarse sumergido en la música , aceptó de inmediato y las ideas surgieron alrededor del cabello de sus famosos cuatro amigos. Así, comenzó a esbozar juegos visuales en torno a la melena Beatle, después un collage surrealista psicodélico, muy del espíritu de la época tomó forma teniendo una ilustración de cada Beatle en los bordes mientras el centro se llenaba con fotografías de Robert Whitaker, un profesional de la lente que se había dedicado a documentar con fotografías los primeros años del cuarteto. Cuando estuvo concluida la famosa portada. se dice que Brian Epstein derramó lágrimas de felicidad al contemplarla. Fué el reflejo visual perfecto de lo que dentro del empaque aguardaba en forma de perlas musicales. Una vez mas, Voorman tendía el puente perfecto entre arte visual y música. Una vez mas, les respondió a sus entrañables amigos. 



Aunque el pago monetario fue meramente simbólico (40 Libras Esterlinas de las de 1966) la auténtica remuneración ocurrió en febrero del año siguiente, cuando ganó un Grammy al mejor arte de portada, por el trabajo inmortal de Revolver. 


Voorman, su mítica portada y su Grammy .



Su máxima obra como diseñador... 1966


Manfred Mann y la magia de sus cuatro cuerdas


Voorman después se dio el lujo de rechazar sendas ofertas para tocar el bajo con los Moody Blues y con los Hollies, para formar parte de un grupo que además de pagarle mas, tenía en esos momentos una propuesta musical mas acorde con él: Manfred Mann.


Con Manfred Mann vivió años de transformaciones musicales y ayudó a generar parte de la estética musical que vendría a cambiarle el rostro al rock a finales de los sesenta, Voorman participó en el exitoso sencillo de 1968 " The Mighty Queen" canción de Bob Dylan que aquí en México se le conoció como " El Esquimal" tocando la flauta y el bajo, y participó con los Manfred hasta 1969.




Manfred Mann con Klaus Voorman en el bajo (cuarto de izq. a der.) 1968





De paso se dio tiempo para seguir diseñando portadas, entre ellas la del primer disco editado en Reino Unido de los por entonces casi desconocido Bee Gees (que se presentaban como quinteto, por cierto). El diseño fue otro acierto y se incorporó definitivamente al espíritu de 1967, año del Sargento Pimienta...








Las portadas de los discos 1st e Idea de Bee Gees, también diseño de Voorman

















Después, con la sabiduría musical acumulada en sus años con Manfred Mann y la solvencia de un artista plástico reconocido en el círculo del rock británico, además obviamente del cobijo de sus cuatro amigos famosos, Klaus se volvió uno de los bajistas de sesión más solicitados. 

Participó en los mejores discos de los Ex Beatles como solistas (excepto, claro, en los de McCartney) y puso su  sello en trabajos tan trascendentes como el All Things Must Pass de Harrison o el Imagine, de Lennon. Antes de ello, se presentó como parte formal de la Plastic Ono Band en 1969 y actuó en el mítico concierto por la paz en Toronto. 





Klauss sonriendo con su bajo, en el avión rumbo a Toronto, a su lado Lennon charlando con Clapton



Si revisan la discografía de Lennon, prácticamente en todos sus álbumes solistas a excepción de Mind Games y Double Fantasy participa Klaus Voorman como bajista, muestra de la fidelidad y amistad que unía al jefe beatle con el nacido en Berlín. 




El bajo de Voorman en el sonido de los Ex Beatles






Además en los setenta participó en la escena musical de los Angeles como sesionista para Harry Nilsson y la gran Carly Simon (¿recuerdan la rola "Eres tan Vanidoso"?,  pues ahí también bajeó Voorman)  

Curiosamente al volverse productor musical, hizo posible una de las bromas más ácidas de la escena del Pop ochentero. En 1982 produjo a sus paisanos alemanes TRIO, (tal vez les tomó cariño por recordar sus orígenes en un Trio sesentero) y éstos arrasaron en las listas de popularidad de toda Europa y también E.U. con una canción que dista mucho de la magia de Manfred Mann o de los Beatles, pero que de cualquier manera se convirtió en un mega hit: 
DA DA DA, un tema que por elemental, sencillo, rudimentario pero super pegajoso ha sido favorito de campañas publicitarias, bailes electro pop, y radios de nostalgia ochentera. El éxito popular tiene sus recovecos.





En los noventa, nos regaló el maravilloso diseño de portada para la Antología de los Beatles.








Actualmente Voorman es un venerable anciano, con una figura que refleja sabiduría y con la mirada llena de nostalgia por aquel maravilloso tiempo y espacio que la vida le obsequió.

Existe una película con el Beatlesco nombre de All You Need is Klaus, tal vez el homenaje cinematográfico-documental que los cuatro (bueno solo quedan dos) grandes, le debían a su viejo camarada de Hamburgo, y un documental de nombre "A Sideman´s Journey" producido por el mismo Voorman.


Voorman con su eterno compañero




El nombre es elocuente:  más que un notable artista plástico de la postguerra, un innovador en el diseño de portadas de discos, un bajista solvente y un testigo de primera mano de la revolución musical mas importante del siglo XX , Klaus se considera un auténtico hombre de apoyo, un cómplice confiable, un asistente modesto pero sólido, alguien -como dijo George Harrison al presentarlo al respetable aquella noche del 1 de agosto de 1971, en el Madison Square Garden- "Del que seguramente han escuchado hablar mucho pero que nadie realmente ha visto... el es, Klaus Voorman".
  

Les dejo ahora ese momento de la presentación de los amigos de Harrison, todos grandes figuras en el Rock, que acudieron al llamado por Bangladesh, y dos rolas, la primera la inolvidable Mighty Queen, su momento glorioso con Manfred Mann y después el sonido inolvidable del beat de mediados de los sesenta , con el trio Paddy, Klaus y Gibson.... Disfruten el viaje!!!





Aquí se ve a Klaus, en el concierto para Bangladesh y al fondo detrás de los tambores, Ringo Starr



La Rola "REjected" de Paddy, Klaus and Gibson 1966

Mighty Queen, interpretada en vivo por Manfred Mann en el programa Top of the Pops de 1968, Klaus tocando flauta, bajo y coros.