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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tres momentos para cimentar un edificio.

Primer momento: la explosión de un reloj.

Aún no se había materializado ningún sueño, ni las expectativas eran altas. Apenas se habían logrado ciertos cambios en los paradigmas musicales cuando los puentes entre el R&B negro y el Country Blanco se empezaron a cruzar en ambas direcciones.  Todavía la juventud no hacía suyo un  movimiento, ni había héroes, ni tampoco una industria formal. Apenas, eran los cimientos de un edificio que nadie sabía exactamente qué tan alto sería, que tan icónica o no sería su fachada, o si ésta sería capaz de ser reconocida a la distancia.

Y aunque esta canción, llamada “Rock Around The Clock” no había sido el primer rock and roll grabado de la historia, también es  indudable que a partir de su publicación el fenómeno musical cobró mayor  notoriedad y fuerza. Fue el cimiento definitivo que se esperaba, sobre el cual se podría construir con mayor seguridad esa mole monumental que con los años sería el Rock.


Su intérprete, un cantante  nacido en Detroit Michigan, en 1925 y que parecía mas un cómico bonachón que un Rock Star cuando el look de Rock Star aún no era inventado.
Bill Haley, cuyo verdadero nombre era  William John Clifton Haley, había iniciado su carrera musical desde 1948 con un grupo llamado  The Saddlemen  los cuales cantaban sobre todo música Country y Blues. 
Bill Haley en su faceta country, 1949. Antes de convertirse al Rock and Roll

En 1952 cambian su nombre a The Comets, tratando de hacer honor al famoso Cometa Halley, y  para 1953 graban una canción compuesta por él y su bajista de nombre Marshall Lytle, "Crazy Man Crazy", se convirtió en el primer Rock and Roll en entrar a las codiciadas listas de popularidad, llegando a ocupar el  lugar No. 15 en el listado de Billboard, y el No. 11 en el de Cashbox.

El primer paso se había dado y de ahora en adelante solo era cuestión de tiempo para que el movimiento se expandiera como una explosión atómica imparable.

En 1954 graban un cóver a un tema de  Big Joe Turner, un Rockabilly llamado “Shake ,Rattle and Roll”, convirtiéndose en el primer número de rock and roll en vender un millón de copias, además de ser la primer canción que penetró en las listas de popularidad británicas, haciéndole ganar a Haley y sus cometas su primer disco de oro.

Cartel de "Blackboard Jungle"
Sin embargo, la historia del Rock iniciaría oficialmente cuando en las salas de proyección de los Estados Unidos, al aparecer los créditos de la película  "Blackboard Jungle" estelarizada por Glenn Ford, se escucharían  por primera vez los compases iniciales de la canción que abría una nueva era…
Por vez primera una canción de Rock and Roll hacía su aparición en el séptimo arte.
El drama, que retrataba la problemática juvenil desde el punto de vista de un profesor maduro que se tiene que enfrentar a sus alumnos desafiantes, muy al estilo del estereotipo indisolublemente unido al rock del "rebelde sin causa", fue el perfecto telón de fondo para que la nueva música hiciera su aparición a nivel masivo.

“Rock Around The Clock” permaneció en el primer lugar por ocho semanas, fue tal su trascendencia que Billboard dividió sus célebres listados en dos: a partir de 1890 y hasta 1954 y de 1955 a nuestros días.

"Al compás del Reloj", como se le conoció en nuestro país no fue un tema compuesto originalmente por Haley o alguno de sus músicos.  Esta canción ya tenía un recorrido previo a través de varias interpretaciones. Es original de Max Freedman y James Myers y se registró originalmente en 1952. A Bill Haley se le ofreció cantarla después de que "Crazy Man Crazy" ingresara a las listas. La canción fue grabada el 12 de abril de 1954, en Nueva York y fue lanzada por el sello Decca, famoso entre otras cosas por rechazar a los Beatles en Inglaterra unos 8 años mas tarde.

"Rock Around The Clock" fue el primer rock and roll en vender más de un millón de copias en países como Inglaterra y Alemania, sin embargo el éxito llego solamente después de que fuese incluida en la citada película Blackboard Jungle en 1955. Así, durante casi un año, pasó desapercibida comercialmente.

El poder de la canción se manifestó cuando se puso en un contexto más amplio. La película fue un reflejo fiel del cambio generacional que estaba en marcha. Una sociedad de postguerra con una creciente población de adolescentes y jóvenes que muchas veces reclamaban un lugar y sobre todo, un espacio para consumo propio. El baile empezó a ser el ritual por excelencia por lo que la música para bailar se hizo imprescindible, y cuando el cine ayudó a la nueva música a llegar a un mayor número de espectadores, el impacto social fue profundo y sin precedentes.

Todo este movimiento permitió a Bill Haley gozar de una efímera fama y reconocimiento como el Padre del Rock and Roll.

Los empresarios tanto musicales como cinematográficos se dieron cuenta de que el matrimonio entre Rock and Roll y cine funcionaba y generaba ganancias jugosas. Así es que para el año siguiente, 1956, Bill Haley apareció como toda una estrella de Hollywood protagonizando su propia película titulada ... "Rock Around The Clock" , justamente. En ésta cinta Haley aparecía rodeado de otros artistas de la época como The Platters y Freddie and The Bell Boys, y lejos de presentar al nuevo género como cosa del demonio, se construyó un melodrama que permitiera a la juventud sentirse parte del nacimiento de una nueva música, y ¿por qué no? de una nueva era.

La película cumplió su cometido.
En las salas de prácticamente todo el mundo el ritmo se vio y escuchó en gran formato. 
Todo era baile y alegría. Todo era romper esquemas ya caducos a mitad de los 50´s. 
Y como promotor alegre y bonachón de éste movimiento estaba Bill Haley que montado en la cresta de la ola fue el primer cantante de rock en realizar una gira mundial por el viejo continente, en ser aclamado en países latinoamericanos en donde encontró una fiel base de seguidores y en abrir la brecha para que a partir de entonces , una verdadera legión de rocanroleros comenzaran su inagotable ir y venir inundando al mundo entero con el nuevo ritmo.
Aspecto de la Premier de Rock Around The Clock en Amsterdan, Holanda. 1956.

A Bill Haley se le reconoce también de haber despertado a los oídos de la juventud blanca el rock and roll,… En una sociedad profundamente estratificada tanto racial como económicamente, los blancos eran los responsables de gastar sus respectivos dólares para que la naciente industria del Rock and Roll pudiera florecer.

 Sin embargo, el tiempo y las circunstancias fueron especialmente ingratas con Haley, ya que entre otras cosas debido a su look y su condición de hombre treintañero casado y con hijos, su posición fue fácilmente alcanzada por un joven que además de ser blanco, era la encarnación de un semidiós griego en la tierra, con una voz que cautivó lo mismo a blancos que a negros,  capaz de registrar notas perfectas en el R&B, en el Country, en el Góspel y por supuesto en el Rockabilly.
Pronto, el Rock habrá encontrado a su rey. 
La histórica foto del cambio de estafeta. Octubre 20, 1955.

Segundo momento: El llamado del Sabueso

Un segundo gran momento lo vivió el Rock and Roll gracias al arribo de un chico de Tupelo Missisipi con su sabueso.


Estamos en 1956 y para entonces el ritmo se había convertido en una verdadera fuerza juvenil, ya había alcanzado a todo el país y pronto su ola expansiva llegaría a Europa. Un naciente mercado estaba generando una industria musical hecha exclusivamente para el consumo de jóvenes, aunque ya empezaba también ha tener visos de brecha generacional con todas las de la ley, pues los adultos reprobaban  al odioso ritmo que entre otras cosas representaba perversión, pensamientos pecaminosos y un indecible vínculo (por lo menos en apariencia) con el sector negro de la población, ya que de ellos originalmente había salido el estilo provocativo y el ritmo frenético que eran la marca de fábrica de esa “pseudo música”

Sin embargo, la juventud se sentía feliz, pues ya para ese año de 1956, contaban con un cantante lo suficientemente fuerte para hacer frente al establishment representado por sus padres y demás autoridades. Un joven de escasos 21 años, proveniente del estado de Missisipi, que tenía la exacta combinación de un intérprete negro sin ningún tipo de freno social y un aspecto sexy e irresistiblemente atractivo para el público blanco. Carismático, tierno, indefenso y tímido, con una voz salvaje y única, perfectamente entonada para el country blanco y el blues negro. Arrastrando multitudes a su paso y generando histerias colectivas que pronto se traducirían en millones y millones de discos vendidos.


Sin duda, era El Rey.

Elvis Presley había iniciado su carrera musical cantando para un pequeño sello regional del sur de los Estados Unidos: Discos Sun, propiedad de Sam Philips, su descubridor y mentor inicial. Pero su avasallante talento y estilo pronto fueron demasiado grande para la modesta casa disquera, la cual vendió su contrato a la poderosa casa grabadora RCA, iniciando así una de las mas increíbles carreras musicales.

Presley cantaba bien y de todo, pero lo más importante era su imagen. Justo lo que el nuevo género necesitaba para vender y para generar su propio credo y expectativas, para sexualizar la música y con ello generar ventas masivas.

Y en 1956, el Rey tomó por asalto todo lo que tenía enfrente. En enero de ese año era aún una sensación regional sureña. Para diciembre se había convertido en el más grande fenómeno musical estadounidense y su fama ya era internacional.

Elvis había grabado ya su mítico tema Heart Break Hotel (El Hotel de los Corazones Rotos) y tenía en esos momentos una apretada agenda de presentaciones por toda la unión americana. 
Fue justamente en su primera temporada en las Vegas, entre el 23 de abril y el 6 de mayo de 1956, en donde Elvis actuando como telonero de Freddie Bell y los Bellboys  les escuchó a éstos, cantar un tema que años atrás había interpretado la cantante de blues Big Mamma Thorton.

Hound Dog le pareció un tema poderoso y Elvis, se entusiasmó tanto que pronto quiso hacer su propia versión.

Según su baterista DJ Fontana, a Elvis le gustaba tanto que solicitó a Freddie Bell autorización para incorporar la canción a su repertorio. Y fue así, unos cuantos días mas tarde de que finalizara su primera temporada en las Vegas, el 15 de mayo de 1956, cuando Elvis cantó por primera vez Hound Dog, en el auditorio Ellis, en Memphis, haciendo una versión muy parecida a la que les había escuchado a los Bellboys.

Cuando se presentó en el programa de televisión de Milton Berle, el 5 de junio de 1956, Elvis no imaginaba que se convertiría esta canción en un verdadero parte aguas no solo de su carrera, sino de lo que socialmente podía ocasionar el Rock and Roll. Para ese entonces, Scotty Moore su guitarrista , ya le había agregado un poderoso riff y Fontana, también había hecho lo suyo al remarcar el final de las estrofas con un potente redoble de batería. No obstante, Elvis, cambió el tempo de la canción estando al aire, durante el programa.

Se le había pedido que por un momento dejara de lado su tradicional guitarra y Presley lo hizo, sacudiéndose de repente al instrumento y empezando un frenético movimiento mientras arrastraba las palabras del coro de la canción.
La mítica aparición en TV , 5 de junio de 1956.

Fue el inicio del paroxismo total.  Elvis se convertía en un verdadero símbolo sexual, provocador y desfachatado y convertía ese blues de 12 compases en una poderosa declaración de autoafirmación. Las palabras, el ritmo, la actitud, todo en la canción se convirtió en una bomba. A la mañana siguiente miles de cartas llegaban a las oficinas del programa, muchas de ellas (la mayoría) protestan por el despliegue de sensualidad que la noche anterior habían visto por televisión las buenas conciencias norteamericanas. 

 Los críticos de televisión se lanzaron en una campaña anti Presley, argumentando que la canción no tenía sentido alguno y los movimientos inmorales de Elvis eran un claro ejemplo de la degradación juvenil. Lo acusaron de provocar la delincuencia en la juventud y a partir de ese momento se le empezó a conocer como Elvis The Pelvis.
El Rock and Roll por fin, había encendido la ira de una generación, la brecha entre adultos y jóvenes se hizo mas profunda. Con esta canción y de la mano de Elvis, el rock encontró su vocación provocadora, la misma que le serviría para reinventarse una y otra vez en sus sucesivas resurrecciones futuras.
La canción significó otro número uno para el Rey, en aquel definitorio 1956.


Se grabó en los estudios de la RCA en Nueva York, el 2 de julio de 1956, junto con los temas “Don´t Be Cruel” y “Anyway You Want Me” .

Aunque en los discos se leía que el productor de los temas era Steve Sholes, los propios miembros de la banda del Rey dijeron que el mismo Elvis había sido el productor, ya que la canción debía escucharse exactamente como el marcaba. Para ello se grabaron 31 tomas, hasta que Presley se mostró satisfecho. La canción se lanzó como lado B del sencillo Don´t Be Cruel, pero ambas llegaron por méritos propios hasta el número 1, algo nunca antes visto en el mundo de la música. Permaneció once semanas en el número uno hasta que llegó otra canción de Elvis, “Love Me Tender” a desbancarla del lugar de honor.
Musicalmente hablando el tema se adelantó a su época, mostró el poder del Rock and Roll en su lado mas salvaje y visceral, fue un acontecimiento en la T.V. y un verdadero alarde de fiereza en sus demoledores riffs que predijeron con años de anticipación lo que después se escucharía en el hard o el punk.  Y todo esto dentro de dos minutos y quince segundos…


Tercer momento: La improvisación que inventó un género.

Ray Charles es un caso atípico de inspiración, simpatía, virtuosismo y sentimiento a flor de piel, todo lo cual le permitió asimilar, desarrollar y lo que es mas valioso, unir diversos géneros musicales: el Jazz, el Gospel, el Blues y el Rock and Roll, inventando de paso la música Soul .

Un verdadero puente humano y musical. 
Generó como ningún otro cantante y músico el orgullo por la raza negra. Víctima del siempre estúpido racismo en el sur de los Estados Unidos en aquellos lejanos años cuarenta, incursionó a temprana edad al mundo del jazz, de donde se alimentó primero hasta desarrollar un verdadero virtuosismo en el piano que lo mismo le permitía improvisar dentro de la síncopa tradicional, que arremeter a toda velocidad en un boogie boogie frenético, o hacer llorar a su piano con un incendiario blues.  

El Genio inició a su carrera musical tocando  el piano, y al quedar completamente ciego a la edad de 7 años, tuvo que aprender las notas y la técnica mediante sistema braile.
A los quince años al quedar huérfano de madre, decidió no volver a la escuela y dedicarse de lleno a la música. Estuvo rolando en varias agrupaciones de jazz, e incluso llegó a tocar con los míticos hermanos Adderley, sin embargo Ray quería dirigir su propio grupo, pues tenía la suficiente confianza en su calidad musical y en su facilidad para generar arreglos para orquestas completas.
Esto y su inagotable necesidad por obtener reconocimiento, le llevó a conducir su propio grupo, y en 1949 ya viviendo en el norte del país, (pues en el sur siempre encontraría obstáculos por su condición de negro invidente) obtuvo su primer hit en las listas de R&B, una canción llamada  “Conffession Blues” . Entre 1949 y 1952 grabó para un pequeño sello discográfico llamado Swing Time Records, en 1953, otro verdadero visionario del negocio musical lo escuchó y decidió llevarlo a su propio sello.

Ahmet Ertegun se convirtió así en su mentor y Atlantic Records en el alma máter de Ray Charles.

A partir de 1953 se convirtió en un fenómeno nacional. De repente ese chico atormentado por su ceguera y su condición de negro marginado era reconocido por el mismísimo Sinatra como el auténtico Genio.

Los éxitos se suceden y sus presentaciones empiezan a ser legendarias. Nacen canciones como  “Mess Around”, “I Got a Woman”,” Hallelujah I Love her So” .
Sin embargo, una canción en particular, aglutinó toda la esencia de Ray, y lo que es mas importante, generó un verdadero sentimiento catártico en todo aquel que a finales de los 50 la escuchó.

La canción surgió como muchas grandes obras, producto de la casualidad, la improvisación y la necesidad de tocar algo para su exigente auditorio. Cuenta el saxofonista Mike Evans, que al final de un concierto en Bronwsville Pennsilvannya, Ray y sus músicos habían ya agotado todo su repertorio, sin embargo la audiencia pedía mas,  y el dueño del lugar forzó a Charles a continuar tocando pues aún faltaban 15 minutos para terminar.

Entonces el genio improvisó.

Ahí mismo, delante de todo el publico y sin que lo supieran, comenzó a pasear elegante y jazzísticamente sus dedos sobre el teclado, dando inicio a una de los mas reconocidos riffs de piano de la historia. Se volteó hacia sus coristas y les dijo, “Voy a tocar algo, no pregunten y solo síganme”

 Después de cuatro ciclos de piano Charles se animó a cantar los primeros versos que ahí mismo compuso. Sin pensarlo mucho, se descubrió entonando ante la audiencia, ciertos versos que venían de tradicionales boogie boogie, sus músicos maravillados iniciaron la persecución de la hábil demostración pianística de su jefe… Después Charles a media canción pidió a las Raelettes sus coristas, que repitieran lo que iba diciendo, convirtiendo a este jazz y boogie boogie en una auténtica canción de llamada respuesta, África se hacía presente una vez mas…


Charles menciona que pudo sentir y escuchar la reacción de la gente que inmersa en un indescriptible júbilo inició el baile, gritaban y reían con cada verso entonado por él. El ritmo lo envolvió todo y pronto tanto músicos como público se encontraban en un estado de trance común.

Pocas veces se había experimentado tal comunión entre músico y público, proveniente de un momento de improvisación.
Ray siguió tocando durante algunas noches su recién compuesto tema y la respuesta siempre fue la misma.  Finalmente y al regreso de esa gira, el 18 de febrero de 1959 en los estudios de Atlantic Records se grabó esta verdadera joya conocida por “What ´d I Say”.

Con una duración inaudita para la época, la canción tuvo que ser dividida en dos partes para poderla comercializar como sencillo. Fue el primer sencillo en editarse con esa maratónica duración de seis minutos y treinta segundos. Las radiodifusoras empezaron a presionar a Atlantic para que se editara un solo corte de máximo tres minutos, argumentando además que la segunda parte era decididamente inmoral y que tenía un fuerte contenido erótico.  Una versión que podría considerarse Light, fue entregada entonces para ser radiada. El éxito fue casi inmediato y de iniciar en el lugar 82 de las 100 más populares de Billboard, al paso de dos semanas ya estaba en el lugar 23,  y una semana mas tarde ya estaba en el puesto No. 1, convirtiéndose hasta ese momento en el sencillo más exitoso en toda la historia de Atlantic Records.

Además representó para Charles su primer éxito dentro del género del Rock and Roll.
Por fin su labor como puente musical entre diversos géneros se había cristalizado en un tema que fue un éxito entre sus seguidores de raza negra y la juventud blanca que encontró en “What I´d Say”, un vehículo perfecto para rasgar todas las ataduras de una moral que se antojaba cada día mas retrógrada.

Cabe mencionar que este tema fue una mina inagotable de inspiración para los nóveles grupos de rockeros que empezaban a pulular del otro lado del atlántico. Durante 1960 y 1961 una banda de adolescentes que se dedicaba a alegrar a los marineros alemanes en el puerto de Hamburgo, noche tras noche se empeñaban en sonar como Ray Charles, su héroe, y para ello religiosamente interpretaban “What d I Say” en cada turno en el escenario.

Otro muchachito imberbe de nombre Mick Jagger, se convulsionaba igualmente junto a sus entusiastas amiguitos que unos meses mas tarde se convertirían en los Rolling Stones al compas de esta canción. Se dice que fue el primer tema que ellos quisieron interpretar.

Otros grandes como Eric Burdon, Steve Winwood y Van Morrison han citado esta canción como su máxima fuente de inspiración e influencia para iniciar sus respectivas carreras. La revista RS en su famosa lista de las 500 mejores canciones de toda la historia la ubicó en el puesto 10 y desde el año de 2002 se añadió  una copia del tema  en la Biblioteca del Congreso de los EU, como una referencia obligada en el desarrollo de la cultura y las artes. El propio Ahmet Ertegun tituló el libro que narra la historia de su casa disquera, la mítica Atlantic Records, "What d I Say", rindiendo un justo homenaje a aquella canción que se convirtió en su sencillo más vendido y la que sin duda catapultó a la disquera a las grandes ligas.




Se afirma también que con este tema se inauguró oficialmente el género de música Soul. Efectivamente esta canción solo pudo nacer de lo más profundo del alma de un Genio.


Es así como el género obtuvo tres momentos que lo catapultarían a ser el ritual juvenil más importante de la segunda mitad del siglo XX. El cine, la televisión y la improvisación en el escenario fortalecieron su capacidad de penetrar en el inconsciente colectivo, de mover no solo piernas, sino millones de vidas desde entonces. 

¡Hasta la próxima!


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